El síndrome del "Amigo Informático"
Hola amigos informáticos y amigos en general! Hace poco me encontraba con tres amigas cuando una de ellas me dijo que no conseguía instalarse el ADSL en su ordenador porque le faltaba el disco de windows. A lo que otra amiga (que me conocía más) respondió: no, él no te va a ayudar (no me acuerdo porqué dijo). Yo dije que si, que ayudaría todo lo que hiciese falta... pero en GNU/Linux. Finalmente estalló la típica discusión que acabó con el resultado de que yo era un mal amigo con el que no se podía contar porque no iba por ahí arreglando windoses a mis amigos.
A mi se me da muy mal discutir, no elijo bien mis argumentos y si hay varios contra mi... peor todavía porque se me atolondran las ideas. Por tanto me he decidido a escribir lo que pienso del tema usando una metáfora, con la esperanza de que los no informáticos entiendan de una vez el problema que sufrimos todos los informáticos.
Vamos a crearnos un amigo imaginario, Pepe. Pepe es un chico al que le encanta conducir, tiene un coche fantástico con el que se pasa las horas conduciendo por toda la geografía española. Un día decide aprovechar su afición y se mete a conductor de autobuses. Se pasa de 8h a 9h diarías conduciendo autobuses, es muy cansado pero no le importa porque hace lo que le gusta. Por otro lado están los amigos de Pepe, los amigos de los amigos de Pepe, los familiares de los amigos de Pepe, los familiares de Pepe y los amigos de los familiares de Pepe; todos ellos tienen el mismo modelo de coche, uno de estos que no requieren ni carné para conducir y que realmente son una guarrería.
Resulta que todos ellos necesitan ir a sitios constantemente, como sus coches son una mierda siempre están pidiendo a Pepe el favor de que los lleve a esos sitios ya que saben que a él le gusta eso de conducir y es un buen amigo. El pobre Pepe, termina su jornada laboral y, aunque está cansado de tanta carretera, tiene cada día uno o dos amigos a los que llevar a algún sitio. Incluso los días que libra. Además hay que tener en cuenta ciertas cosas: en caso de accidente, Pepe carga con toda la responsabilidad y el pobre tendrá que arreglar todos los entuertos surgidos a raíz del accidente. Habrá amigos que le pedirán ir al sitio X, una vez en X se darán cuenta de que no es lo que querían y Pepe tendrá que llevarlos otra vez de vuelta. También habrá amigos que no sepan donde ir, le dirán a Pepe: dame una vuelta por Europa y cuando me guste un sitio ya te diré que pares. Incluso habrá amigos que después de muchos años sin verse le llamarán únicamente para pedirle algún viaje. No es de extrañar que muchos de estos amigos y demás empiecen a pensar que en realidad no son necesarios los conductores de autobuses puesto que su amigo Pepe les puede llevar a donde quieran.
A todo esto Pepe estará cansado de decir a todos sus amigos que se compren un coche mejor, que con ese coche podrán ir a donde quieran. Vale que sea más difícil de conducir, pero incluso se ofrece a enseñarles a conducir sus nuevos coches fantásticos. No hay manera, es más cómodo que te lleven.
Un día Pepe se termina cansando y decide no volver a llevar a nadie más a menos que sea para algo importante. Entonces todo cambia. Muchos amigos dejarán de llamarle puesto que antes sólo llamaban para que les llevase a algún sitio. Otros empezarán a decir que Pepe es muy mal amigo y no se puede contar con él. Otros intentarán hacer chantaje emocional del tipo: "ayer te invité a una caña y tú hoy no me puedes llevar a un sitio?". ¿Qué se supone que debe hacer Pepe? A él no le importa llevar a alguna vez a alguien, pero si hace esto volverá a tener de forma sistemática toda una lista de amigos y destinos, por siempre y para siempre. ¿Llevar a algunos amigos a escondidas? siempre existe el riesgo de que se enteren los no elegidos, además no le parece justo para con el resto de amigos.
Finalmente Pepe pensó que si a sus amigos les importaba realmente poder ir a esos sitios, se comprarían un coche fantástico y entonces sí podría ayudarles gustosamente. Sabiendo incluso que esta decisión le haría perder amigos o que otros amigos cambiasen su opinión sobre él (aún cuando Pepe siempre esté dispuesto a ayudarles en otras cosas).
En fin, hasta aquí la metáfora, que supongo que no entenderán nada más que los afectados por el síndrome. Y ahora una pequeña reflexión: ¿Por qué nuestros colegas ingenieros de otros ramos no nos entienden o no sufren del síndrome?. Muy sencillo: todos los amigos, amigos de amigos, familiares, amigos de familiares y familiares de amigos de un ingeniero químico no tienen todos una planta petroquímica en su casa, por lo que no necesitan de un amigo químico. Todos los amigos, amigos de amigos, [...] de un ingeniero agrónomo no tienen campos donde instalar riegos, etc. En cambio todo el mundo tiene un ordenador necesitado de un ingeniero informático.
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