Cuesta mucho hacer entender a un neófito “de Linux” cuáles son los motivos por los que vale la pena sufrir el software libre. Lo habitual hace un par de años era que sólo los que estaban dispuestos a currárselo se acercaran a este mundillo. Pero todo eso ha cambiado, gracias a (o por culpa de) cosas como Ubuntu o Beryl, una nueva horda ávida de nuevas experiencias (o cansada de las experiencias de su Windows) se lanza de cabeza a probar la última y supermolona live de Ubuntu. ¡La informática chachi (y gratis) ha llegado! pero no borres todavía el XP, que el “Dead or Alive” no tira en Ubuntu.