Acabo de ver en la tele la nueva campaña de “concienciación” y en contra de la piratería. El anuncio apela a los sentimientos del cuidadano instándole a preservar nuestra cultura “no pirateando”. Pero la cultura no se protege encerrándola bajo llave. La cultura se preserva sacándola a la luz y haciéndola llegar al mayor número posible de personas, compartiéndola. Las lenguas muertas lo están porque nadie las usa (sus respectivos propietarios deben estar muy contentos :-) )

Personalmente estoy en contra de las mafias organizadas que venden CDs de baja calidad, que no funcionan en el coche ni en el ordenador, sin libreto, ni letras de canciones y cuyos beneficios no repercuten en los autores; y no me refiero sólo a las multinacionales discográficas, también estoy en contra del top manta, por supuesto.

Pero resulta que para los artífices del anuncio la cultura depende del “valor” que las ideas tienen para sus “dueños”. Craso error, las ideas no tienen dueño, ni moralmente ni legalmente. La Ley de Propiedad Intelectual define derechos del autor sobre sus obras, no sobre las ideas, repito, no hay ninguna ley que diga nada sobre que alguien pueda obtener derechos sobre una idea. Se supone que ni siquiera las patentes protegen ideas; legalmente no se pueden patentar ideas, aunque se haga bajo manga.

Estoy de acuerdo con David Bravo en que la nueva estrategia de los adeptos de la propiedad intelectual es conseguir que la gente confunda precio, coste y valor. Hay cosas muy caras que no tienen valor (un pelo de Elvis Presley), hay cosas muy caras que no tienen coste (una licencia de Oracle) y hay cosas muy valiosas que no tienen precio (la amistad).

Mi duda es si con estas campañas que tratan de confundir al ciudadano, consiguen su propósito o justo el contrario. Desde luego, alguien que pretende tomarme el pelo sin ningún reparo me produce, cuando menos, rechazo.



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